domingo, 26 de abril de 2015

La rubia del Metro

MILONGA TRISTE

Llevaba la manzana
del día en la minifalda;
la tristeza de marzo
en la mirada.

En la estación Balderas
dejó pasar el Metro;
se sentó y sólo vimos
a una niña deshecha.

Casi lloraba y ya casi gemía
la rubita del Metro,
con sus muslos de leche,
su atroz melancolía.

Ay desdichado amor,
escolar y maldito.
¡  Ay la rubia del Metro!

Jamás nadie verá
un dolor como el suyo,
ni angustia parecida
ni tanta soledad...

Efraín Huerta
en Permiso para el amor

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